viernes, 19 de enero de 2007

Sobre la Expresión

Leyendo el prólogo de ¡Pues vaya! Lo mejor de Wodehouse, escrito por Stephen Fry, he topado con una serie de párrafos muy interesantes. Lo son porque hablan de algo en lo que hace poco pensaba: la capacidad de cada uno de leer un texto con sus personajes y ponerles cara y voz e imaginarlos en todos sus aspectos.

“Cuando a Hugh Laurie y a mí se nos ofreció el inmenso honor y la aterradora responsabilidad de interpretar los papeles de Bertie Wooster y Jeeves en una serie de adaptaciones para la televisión, enseguida nos dimos cuenta de que nos enfrentábamos a un enorme problema. Los tres grandes logros de Wodehouse son Trama, Personajes y Expresión. De ellos, el mayor de todos es, con mucho, el problema de la Expresión: el del lenguaje. Si todos los implicados en la versión para la televisión tuviéramos un nivel razonable de competencia en nuestro oficio, cabía esperar que seríamos capaces de transmitir de laguna manera una idea aproximada de los argumentos de las narraciones y revelar buena parte del carácter de sus personajes. Pero el lenguaje, en cambio..., sólo podríamos arañar la superfície del lenguaje. Arañar la superficie es una expresión que a menudo se emplea sin reflexionar en lo que decimos. Para empezar una superfície arañada, por fácil que nos resulte olvidarlo, es una superfície dañada. El lenguaje de Wodehouse vive y respira en su forma escrita e impresa. Oscila privadamente entre la página y el lector. El momento en que es leído o interpretado es un momento crítico, comprometido. Es, por citar a Oscar Wilde a proposito de otro tema, como un fruto exótico y delicado...que, con sólo tocarlo, pierde su lozanía. Arañen ustedes su superfície, en otras palabras, y le habrán causado un daño irreparable. Nuestra única esperanza al hacer aquella serie de televisión era que las historias y los personajes pudieran procurar por sí mismos suficiente placer para inspirar en el espectador el deseo de tomar un libro y trabar contacto con lo Auténtico.
Permítanme recurrir a un ejemplo, que tomo completamente al azar. Abro un libro de relatos cortos de Jeeves y Wooster y me encuentro a Bertie y a Jeeves hablando de un joven llamado Cyril Bassington-Bassington…

-Nunca oí hablar de él. ¿Le suena a usted ese nombre, Jeeves?
-Estoy familiarizado con el apellido Bassington-Bassington, señor. La família
Bassington-Bassington cuenta con tres ramas: los Bassington-Bassington de
Shropshire, los Bassington-Bassington de Hampshire y los Bassington-
Bassington de Kent.
-Inglaterra parece bien nutrida de Bassington-Bassingtons…
-Tolerablemente, señor.
-Vamos…, que no hay riesgo de que se produzca una repentina escasez, ¿verdad?



Bueno…, por mucho que los actores se esfuercen, esta conversación siempre funcionará mejor cuando se encuentre en medio de una página. Es cierto: sería divertida incluso interpretada como un diálogo dramático, pero no hay actores tan buenos como los actores que cada uno de nosotros llevamos dentro de nuestras cabezas.”

6 comentarios:

Anónimo dijo...

enhorabuena a los que habeis creado este blog, será de gran ayuda para mi, ya que al no saber inglés, no había forma de encontrar algo sobre P.G. Wodehouse en ninguna parte, este fragmento que habeis elegido, solo es un peuqeño ejemplo, del gran ingenio de este hombre. Miraré de colaborar con algún fragmento.

WODEHOUSE dijo...

Muchas gracias,princess valium,por entrar en contacto y decirme esta pág.No me lo puedo ni creer.Somos muchos los que estamos deseando entrar aquí.Gracias,mis amores!!!

Wooster dijo...

Gracias a vosotros por pasaros por aquí y dejar vuestros comentarios. Estamos a vuestra disposición y esperamos vuestra colaboración con todo aquello que deseeis ofrecer, mostrar, descubrir y compartir. Hacía falta un sitio así y entre todos podemos hacerlo grande.
Un beso

Jeeves dijo...

Tolerablemente, señor. No quoero inmiscuirme en sus asuntos, pero no creo que dar besos sea la forma más adecuada de tratar a nuestros invitados.

Unknown dijo...

Buena iniciativa, cierto. Andaba inquieto ultimamente pues noto que faltan clubes de los zánganos en el mundo, en España, todos de tan mal humor, crispados. Todos deberíamos pertenecer a un Club de los Zánganos donde librarnos de la mentalidad literal, de la impaciencia, donde no se nos replique ante una buena anécdota "Eso no es cierto, demuéstralo". Sobre los puntos buenos (mejor, los puntos, porque no los hay malos) de Wodehouse, yo resaltaría sobre todo que cada palabra, cada situación, personaje, contexto, TODO en su prosa contribuye a la buscada hilaridad y comicidad. No es algo que diga Wooster, no es una situación absolutamente fuera de lugar, es la suma de todo, hilada con una habilidad singular, inimitable, lo que hace de él un maestro. Como ejemplo: la historia de Bingo Little y el robo del pequinés (en ¡Pues Vaya! y Jovenes con botines, creo recordar) o cualquier otra, solo como describe cuando Bingo se da cuenta de que falta un pequinés es magnífico.
Habrá que ir dando contenido a este proyecto, que coja personalidad, pero me gusta la idea.

Fernando García Pañeda dijo...

a.k.a. Psmith (con P, como psiquis, pteridofita y ptolemaico) Ciertamente, el buen viejo amigo Fry lo ha expresado magistralmente. Después de leer páginas y páginas escritas con tanta maestría, intentar que un actor nos lo muestre tal como figura en nuestra imaginación es algo descabellado.
Mis más sinceras felicitaciones por la inauguración de un blog necesario y edificante para el espíritu.